México y sus carteles

Me he venido resistiendo a la presión de un grupo de integrantes de la comunidad académica para que yo tomara el lugar del fallecido Umberto Eco como máxima autoridad internacional en materia de semiótica. He respondido (no sin algo de falsa modestia) que temo no estar a la altura del maestro piamontés y que prefiero continuar disfrutando de mi anonimato de siempre. Así y todo, me pareció que debía corresponder con alguna contribución a tan alta estima y me dirigí a la Universidad de Bolonia para ofrecer mis servicios y averiguar qué proyecto académico estarían en condiciones de financiarme. Luego de varias horas sin que nadie me atendiera en esa legendaria casa de estudios (seguramente a raíz de un error de información sobre quién los estaba visitando) se acercó a la sala de espera una señorita que dijo venir de parte del director de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de esa casa, creada por el mismísimo profesor Eco. Tenía un parec...