México y sus carteles



        Me he venido resistiendo a la presión de un grupo de integrantes de la comunidad académica para que yo tomara el lugar del fallecido Umberto Eco como máxima autoridad internacional en materia de semiótica. He respondido (no sin algo de falsa modestia) que temo no estar a la altura del maestro piamontés y que prefiero continuar disfrutando de mi anonimato de siempre. Así y todo, me pareció que debía corresponder con alguna contribución a tan alta estima y me dirigí a la Universidad de Bolonia para ofrecer mis servicios y averiguar qué proyecto académico estarían en condiciones de financiarme.

Luego de varias horas sin que nadie me atendiera en esa legendaria casa de estudios (seguramente a raíz de un error de información sobre quién los estaba visitando) se acercó a la sala de espera una señorita que dijo venir de parte del director de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de esa casa, creada por el mismísimo profesor Eco. Tenía un parecido asombroso con alguien que yo había visto en la puerta. Hubiera jurado que se trataba de la misma persona si no fuera porque esta no lucía una gorra con la leyenda Sicurezza Privata Maverick. Me informó que su jefe había quedado impactado por mis antecedentes, pero que lamentablemente el presupuesto para investigaciones estaba comprometido para los próximos treinta y siete años.

        De todos modos, como lo mío es puro amor al conocimiento, decidí desempolvar un viejo proyecto y actualizarlo. Se trata del Estudio de la cultura actual de México a través de sus carteles.

Al escuchar sobre la iniciativa, mi amigo el periodista Alejandro J. Lomuto se mostró muy entusiasmado, pero eso se debió a su confusión. Alejandro es un especialista en asuntos internacionales, y por eso supuso que yo me dedicaría a desentrañar críticamente el funcionamiento de las organizaciones que trafican droga. Debí aclararle que ninguna manera se me ocurriría inmiscuirme en una actividad tan noble, que emplea a tanta gente y que consiste en facilitarle a la humanidad lo que siempre ha hecho: consumir lo que le causa placer y le hace mal. Un fabricante de salchichón primavera o Marcelo Tinelli no hacen algo muy diferente. Los carteles que motivan mi monografía son eso literalmente: carteles, anuncios en la vía pública.

Siguen algunos fragmentos del primer tomo de la obra. Todas las fotografías que ilustran este trabajo han sido tomadas por un servidor como parte del trabajo de campo que el equipo de investigación (integrado únicamente por un servidor) completó en diciembre de 2022. Pido disculpas a los que miran estas cosas en sus telefonitos y no en la pantalla grande de la computadora. Aunque, pensándolo bien, si no alcanzan a leer los carteles lo tienen merecido. Si les interesara lo que escribo no lo mirarían mientras van en el subte.

        Lo primero que salta a la vista es el respeto de los mexicanos hacia las costumbres de los extranjeros (el mismo que demuestro yo al usar la equis y no la jota en su gentilicio). Por ejemplo, permiten que los indonesios mantengan su pintoresco hábito de viajar en grúas y no en automóviles.



        También sorprende la preocupación que tienen por la higiene, incluso de las partes del cuerpo humano que habitualmente se mantienen cubiertas y cuyo abandono no suele interesar demasiado al prójimo, salvo que se ubique muy próximo. Los supermercados están bien surtidos para facilitar el decoro de esas partes íntimas.




        Se sabe que los italianos cultivan cierto fundamentalismo gastronómico, y que enloquecen cuando ven que los extranjeros ponen ananá (para los no argentinos, piña) sobre la pizza. Con su proverbial estilo algo vehemente, los mexicanos colaboran con esa cruzada.




        La robótica ha irrumpido en la antigua Tenochtitlán como en pocos lugares. Desgraciadamente, el reemplazo del hombre por la máquina es un dato de la realidad con el que hay que convivir de la mejor manera posible.





        Los mexicanos conocen varias maneras de comunicar que los clientes de una empresa demuestran un alto grado de satisfacción. Algunas tienen que ver con la variadísima forma de comer que tienen, que permite distinguir muy bien a los tacos (poner carnes enchiladas dentro de una tortilla y arrojarles encima salsa picante, aguacate, cilantro, crema y queso), los chilaquiles (poner carnes enchiladas dentro de una tortilla -cortadita en triángulos- y arrojarles encima salsa picante, aguacate, cilantro crema y queso), las fajitas (poner carnes enchiladas dentro de una tortilla y arrojarles encima salsa picante, aguacate, cilantro crema y queso)  y los sopes (poner carnes enchiladas dentro de una tortilla y arrojarles encima salsa picante, aguacate, cilantro, crema y queso).




        Otras veces utilizan el viejo recurso de parangonar la satisfacción de sus clientes con otras situaciones inobjetablemente placenteras, aunque acaso las metáforas sean algo excesivas.




Es bueno que dejen de lado las discusiones históricas sobre si determinado régimen político fue bueno o malo y homenajeen a sus gobernantes del pasado. Incluso a uno que hizo progresar mucho a México, aunque era un hombre de convicciones algo lábiles: había llegado al poder enarbolando el principio de la no reelección y se quedó treinta años.




En este país ya han superado la etapa de discutir estúpidamente sobre lenguaje inclusivo, uso de la letra e y retruécanos gramaticales por el estilo. En la tierra de Octavio Paz, de Juan Rulfo, de Juan José Arreola un padre puede convertirse en madre nada más por hacer un dibujito. De hecho, el adjetivo “padre”, que significa que algo es muy bueno, también se usa para sustantivos femeninos. Una manzana o una película pueden estar "padre". Eso confirma lo avanzado de este pueblo en materia de corrección política.




Finalmente, como en todas las economías del mundo, en el país que estudiamos triunfa la especialización, los llamados “negocios de nicho”, como el que vi en la calle Pasteur de Buenos Aires que sólo vende termómetros. o los que hay en Estados Unidos que ofrecen solamente artículos para personas zurdas.



-Ω-

Comentarios

  1. Excelente manera de finalizar el año!!!!! Magistral como siempre!!!!

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  2. Excelente. Eyaculo lágrimas de risa pero me tengo que ir a lavar trastes para que todo quede padre.

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