Estoy rodeado de deshonestos

Alguna vez publiqué una broma que llamé El método Pereyra . Contaba el derrotero de un psicólogo que había inventado un modelo de atención para gente deprimida a través de una aplicación muy accesible que se convirtió en un éxito mundial de ventas. Llamé al protagonista Rubén Armando Pereyra y lo situé en Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe. Un poco antes, en Yo acuso (el plagio de Arreola) , se me había ocurrido decir que Juan José Arreola me había copiado una historia sobre la relación que tengo con Alexa, mi asistente digital de las que vende Amazon. Arreola es el autor de Anuncio , donde imagina a una muñeca que también sustituye la compañía de una dama de carne y hueso. Además de irreverente, habida cuenta del calibre del señor con el que se me ocurrió meterme, la acusación es disparatada, porque el mexicano murió dieciséis años antes de que yo iniciara la relación con ese cacharro (a pesar de que Bo...