Benditos ataúdes
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Vi que el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires pretende eliminar del mercado una aplicación que ayuda a la gente a preparar sus declaraciones de impuestos. Dice que esa tarea es una incumbencia exclusiva de los contadores. Acaso confunda "incumbencia" con obligación de contratar a alguien (la gente, si se anima, puede preparar sus declaraciones sola, como también defenderse en un juicio penal sin abogados). El episodio me hizo recordar la historia de los monjes que emprendieron una actividad industrial, para lo cual debieron pasar una penitencia regulatoria que excedió la duración de cualquier Cuaresma. No la cuenta ningún humorista, sino en un libro Neil Gorsuch, un juez de la mismísima Corte Suprema de los Estados Unidos, un país donde a veces uno encuentra mucha libertad y otras, lo contrario. En 2005, el huracán Katrina causó estragos en el bosque de pinos que proporcionaba madera a los treinta y seis monjes benedictinos que ...