XXX, Exija sexo excelente
Me animo a pronosticar una
serie de fenómenos interesantes.
- Como se sabe, cada vez que existe el derecho de alguien a recibir algo es porque otro está obligado a dárselo. Y una cultura no se cambia de un día para el otro. De modo que los tribunales recibirán una avalancha de demandas contra maridos, novios y amigos incumplidores. Deberán acondicionarse las salas de audiencia para que los demandados puedan probar cómodamente el cumplimiento de su obligación, acaso poniendo en la sala de audiencias almohadones vistosos, espejos en el techo, algo para tomar. Hay gente que necesita cierta escenografía para inspirarse. De lo contrario me parece que se afectaría el derecho de defensa.
- La ejecución de las sentencias, cuando los condenados sean recalcitrantes, presentará nuevos desafíos para los oficiales de justicia, que más que obligarlos deberán más bien estimularlos a pagar la deuda.
- Deberá la jurisprudencia indicar si las adúlteras pueden exigir o no esta prestación a sus amantes, dado que podría considerarse que su derecho está flojo de papeles.
- Cuando los obligados, temerosos de que los demanden, quieran dejar prueba de que han cumplido habrá que inventar una forma discreta de hacerlo, tal vez una app. Hay mucha gente que prefiere hacer ciertas cosas sin la presencia de notarios.
- El Código Civil deberá revisar el principio según el cual los actos jurídicos simulados están permitidos siempre que no perjudiquen a otro. O, por lo menos, aclarar que no puede reclamarse nada a un varón que ha sido víctima de una simulación y de buena fe cree haber cumplido.
- Las asociaciones filantrópicas no deberían tener mayores problemas para reclutar a los voluntarios que vayan a ocuparse de satisfacer las necesidades (caramba, otro verbo bien usado) de esta nueva categoría constitucional de personas carenciadas.
- En las cátedras de Derecho Constitucional todos los profesores disputarán el cargo de jefe de trabajos prácticos, hasta ahora nada codiciado.
- La Asociación de Masoquistas Ecuatorianos (AME) iniciará una class action por discriminación: pretenderá que en la Constitución se reconozca también el derecho a recibir latigazos.
La congresista en cuestión se
llama Soledad Vela.
Extraído de Lo que nadie se llevó
SENSACIONAL (mmmm cada cosa que pienso poner parece relacionarse con este "nuevo derecho"!)
ResponderEliminar