Punto para el Derecho



Veo en un aviso que el gobierno de la provincia argentina de Santa Fe ha tenido la idea de poner “puntos violetas” en las oficinas públicas como espacios de igualdad de derechos. Dice que se trata de espacios de contención y asesoramiento, de articulación con organizaciones y asociaciones para proveer de herramientas teóricas y prácticas para el acceso al trabajo, la producción, el empleo y la autonomía económica de mujeres y disidencias.

Salvo que se trate de que alguien puede meterse allí si cree que es tratado como si tuviera menos derechos que su vecino, como quien pide asilo en una embajada, no entiendo la utilidad de fabricar tantos puntos chiquititos y andar desparramándolos por cada pueblo. Se me ocurre que habría sido más eficiente dibujar un solo punto bien grandote, uno que abarcara a toda la provincia. Me dirán que eso mismo intentaron precisamente en 1853, ahí mismo, cuando escribieron una admirable constitución y que no funcionó. Sí había empezado a funcionar... había empezado a funcionar. Después, bueno, esa es otra historia.

El sustantivo “articulación” es infaltable cada vez que hay un parásito. No falla: el que te diga que articula algo sobra. Reemplazó al “coordinar” de las corporaciones privadas.

[Digresión: por razones privadísimas no intentaré ningún análisis sobre el binomio “mujeres y disidencias”, que parece combinar una especie y un género, como hacen las empresas de “distribución y logística”, y una tienda de mi barrio que ofrece “alimentos y provisiones”.]

Es buenísimo que en uno de estos puntos las personas puedan recibir herramientas teóricas y prácticas para el acceso al trabajo, la producción, el empleo y la autonomía económica. Lo mismo vienen intentando desde hace mucho todo el sistema escolar y las facultades de ingeniería industrial, ciencias económicas y de otras disciplinas.

Dice el gobierno de Santa Fe que las disidencias tienen que ser económicamente autónomas. Auto-nomía es darse uno sus propias reglas. Eso está bien. Cada quién que viva según haya hecho la digestión. Lo que no se entiende es por qué necesita para eso una oficina. ¿Autonomía económica quiere decir andar por la vida con dinero propio? Eso también está bien. Más aun, no hay más remedio, salvo que se trate de andar saqueándonos los unos a los otros como corsarios. Igual, los disidentes que les hicieron cosquillas a los que sí tenían la pasta no fueron muy prósperos que digamos. George Washington y Fidel Castro algo de platita tenían, pero no fue el caso, que yo sepa, de Moisés, de Jesús, de Galileo, de Lutero, de Rosa Parks, de José Martí, de Lech Walesa, de Sarmiento. Imagino que los disidentes de ahora no recibirán subsidios para ser “económicamente autónomos”. Sería medio contradictorio.

Sigue diciendo el aviso que estos puntos se construirán en cuarenta municipios de la provincia. También, que todos conformarán una mesa de gestión donde estarán representados los gobiernos locales. Una oficina de oficinas o metaoficina, adonde van a dialogar por lo menos cuarenta y una personas: los jefes de los puntos de cada pueblo y el articulador o la articuladora provincial de puntos, para no dejar por ahí puntos sueltos que vaya uno a saber qué hacen a la buena de Dios (o de la divinidad de la preferencia de cada quién, o de ninguna divinidad en absoluto, o de la Madre Naturaleza, o del azar, o de la lucha de clases como motor de la historia, o de las pulsiones del eros y del tánatos, o de lo que sea que gobierne el universo). Por fin entiendo qué es eso de conectar los puntos. To connect the dots, dicen en el norte.

Como si quedara alguna duda sobre el aporte de los que articulan, termina diciendo el gobierno que bajo ninguna circunstancia los equipos interdisciplinarios de trabajo en estos Puntos suplantarán a las Áreas Locales de cada Comuna y/o Municipio, las cuales tienen las obligaciones que establece la Ley Nº13348 (a mí no me miren: el texto viene de fábrica con esas mayúsculas y con el monstruo burocrático-gramatical “y/o”). En suma, y atención con el énfasis, ninguna circunstancia significará que la nueva burocracia asuma ninguna responsabilidad. De lo que se trata es de articular lo descuajeringado o de coordinar lo que antes otros habían organizado medio a la bartola.

NdE: indica el autor que queda para otra entrega la sugerencia de instalar al lado de los puntos violetas una ESE (“estructura sonora equivalente”), porque los no videntes y los daltónicos tienen dificultades para ubicar el servicio.

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