Autobiografía neorrealista

        Aunque tengo permitido mentir (lo hago a menudo), el hecho que refiero ocurrió hace pocos días exactamente como lo cuento.

        Una persona digna de fe me contó que comenzó a tomar clases de italiano a distancia con una excelente profesora de la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires. Para romper el hielo de la primera lección, y como ocurre entre dos seres humanos y no con la plataforma para aprender idiomas Duolingo, a modo de presentación la profesora resumió la historia de su vida.

    Dijo que su padre nació y vivió hasta sus veinte años en un pueblo cercano a Nápoles, pero que un día su abuelo recibió una carta de otro hijo que ya vivía en la Argentina, que le decía que su salud no estaba nada bien y que se sentía fatal. El abuelo, cual padre padrone, ordenó que otro hijo (el que sería el padre de la profesora) se embarcara inmediatamente rumbo a la Argentina para asistirlo. No podía haber para esa gente obligaciones más severas que las que provenían de los vínculos de familia.

        Un médico informó que el malestar se debía a un simple problema de parásitos en el intestino, que solucionó en una semana y para siempre con unas pildoritas. 

        El recién llegado no tenía dinero para viajar a ninguna parte y debió empezar a trabajar. Luego conoció a la que sería su esposa y desde entonces no regresó a Italia más que para alguna breve visita a la familia.

        - ¿Vos te das cuenta -dijo la profesora, juntando las manos en forma de arcos simétricos en italiana señal de perplejidad- que estoy aquí por culpa de los parásitos?

        - No te preocupes -se escuchó desde la pantalla-, a todos nos ha pasado lo mismo.


Posdata. La profesora también contó que, ya en tierra argentina, su padre mostró a un compañero de trabajo que había conocido pocos días antes la foto de su hermana que había quedado en Nápoles. El compañero le dijo que la dama le parecía muy bonita y le enviaron en reciprocidad una foto de él. La joven napolitana también la miró con entusiasmo. El paso siguiente fue enteramente lógico: para hacer las cosas según el más alto estándar moral, el padre ordenó que los protagonistas de ambos retratos contrajeran matrimonio por poder (procura) antes de autorizar el viaje de su hija a la Argentina, que ocurrió pocos meses después. Los esposos se vieron por primera vez en el puerto de Buenos Aires. No se trata de una historia del medioevo, sino de mediados del siglo veinte. Otro día nos dedicaremos a pensar de dónde viene cierto carácter nostálgico de los argentinos.


Comentarios

  1. Si la SAS es la Sociedad Anónima Simplificada, el segundo caso sería el MAS: Matrimonio Argentino Simplificado

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  2. NO HA DUDA GOBBI, SOMOS LO Q SEMVRAMOS O "NOS SIEMBRAN"..... HASTA EL DIA Q U O DICE *YO DECIDO* EXCLENTE DESCRIPCION👏👏👏

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  3. Gracias. Sé quién sos. Marcelo

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